La genialidad de Sam Smith es una combinación de talento, trabajo y fe. Siempre ha afirmado que el jazz le dio las herramientas para entrenar su voz y que el pop es su pasión. En su deliciosa lista de influencias encontramos a las maestras del soul Etta James y Aretha Franklin, así como cuidadas producciones del R&B e íconos de la música actual.