Desde que en 1991 debutara con su combinación única de elementos tradicionales de avasalladora autenticidad, Alejandro Sanz modificó el rumbo de la música para siempre. Su manera de pisar fuerte en donde apareciera, cimbró el rumbo de otros artistas como Malú, Pablo Alborán o Manuel Carrasco que encontraron en él su detonante creativo.