En 1958 el afán de fusionar no sólo flotaba en el ambiente, sino que daba grandes éxitos a los que mejor lo hacían. Así lo demuestran artistas de esta selección que se aproximaron al country desde otras sonoridades, como Faron Young o Jimmie Skinner, y otros que recorrieron el camino inverso al lograr introducir el género en las listas de éxitos pop, como Marty Robbins.