Tras décadas como organista, Anton Bruckner decidió dedicar su vida a la composición cuando, a los 38 años, escuchó la ópera Tannhäuser de Wagner. El “Adagio” de su Sinfonía n.º 7 en mi mayor es un homenaje al compositor alemán, entonces ya enfermo, en el que las tubas que definen su música aparecen por primera vez en formato sinfónico. Aquí, Andris Nelsons y la Gewandhausorchester sorprenden con una versión fresca y emocionante de una partitura tan fascinante como densa. El álbum termina con una pieza del ídolo de Bruckner, la “Marcha fúnebre de Sigfrido”, del tercer acto de Götterdämmerung (la última ópera de la tetralogía de El anillo), que Nelsons y su orquesta abordan en directo con conmovedora fuerza lírica.