Cuando Taylor Hawkins, quien había sido baterista de Alanis Morissette, se unió a Foo Fighters en 1997, parecía un reto abrumador. No sólo comenzaba como músico sustituto, sino que se incorporaba a una banda encabezada por uno de los bateristas más famosos del rock. Pero su dedicación, energía y humor lo llevaron a permanecer 25 años junto a Dave Grohl, e incluso hizo que el público casi olvidara que el hoy guitarrista y cantante había sido percusionista en otros días. Durante todo ese tiempo, Hawkins no sólo se convirtió en fuerza motriz de una de las agrupaciones más grandes del mundo, sino que también desarrolló un proyecto solista. Con Taylor Hawkins & the Coattail Riders pudo plasmar su pasión por el rock de los 70 y también logró demostrar sus habilidades en el metal con Dream Widow, la propuesta paralela de los Foo de 2022. Además, durante su carrera colaboró con Nancy Wilson y Coheed and Cambria, entre otros grandes nombres. Hawkins murió en marzo de 2022 a los 50 años.