Confirmando los pronósticos que los señalaban como una de las bandas con mayor potencial de su generación, Los Punsetes celebran su primera década de trayectoria consolidados como los mejores representantes del tragicómico espíritu de los tiempos que corren. Envueltos en la bandera de una incorrección política tan mordaz como naíf, los madrileños exhiben en su discurso un certero instinto a la hora de poner el dedo en la llaga de las miserias cotidianas, jugando con la irreverencia para convertir lo amargo en jocoso a través de unas letras que, en manos de alguien menos versado en el fino arte del sarcasmo, tal vez no pasarían del exabrupto o la ocurrencia.