Artesano de la canción con un extraordinario don para convertir en poesía sus crónicas del lado más oscuro de la Italia que le tocó vivir, Fabrizio De André forjó con sus canciones un reconocible estilo propio en el que, sin embargo, no es difícil rastrear el influjo de mitos pretéritos y coetáneos como Bob Dylan, George Brassens o Gino Paoli.