Dirigida por el gran Simon Rattle, esta es una versión fascinante de uno de los ballets más célebres de todos los tiempos. La Filarmónica de Berlín hace honor a su historia con una interpretación prodigiosa en la que destacan especialmente las maderas. Las cuerdas suenan con una precisión y una calidez extraordinarias, y los metales mantienen un tono excepcional incluso en los momentos más pausados. El primer acto está grabado en el estudio, mientras que el segundo es una impecable toma en vivo que pone de relieve la comunión absoluta entre Rattle y los músicos de la orquesta.