Las Suites francesas no son precisamente francesas en su estilo, pero estaban de moda cuando fueron compuestas a principios y mediados de la década de 1720. Mahan Esfahani saca partido de la ligereza y elegancia propias de esa época y encuentra una variedad infinita en las danzas breves que componen las seis suites. Lo destacado de su interpretación reside en la intimidad que transmite. De hecho, la mayor innovación aquí es el uso de un clavicordio, el miembro más pequeño, dulce y sensible de la familia de pianos. Esfahani prefiere tocar la música en casa de esta manera. Al ser grabado de cerca para capturar el tono susurrante del instrumento que nos hace sentir como si estuviéramos allí con él. Para contrastar, interpreta tres suites con un clavecín y la alemanda de la Suite n.º 4 en mi bemol mayor se realza maravillosamente por la resonancia adicional. Este álbum incluye algunas de las suites de Bach menos conocidas, pero igualmente atractivas.