Compuestas en el ocaso de su vida, estas Cuatro últimas canciones de Strauss presentaban, en general, un tono melancólico y asumiendo la presencia de la muerte cercana. Han sido interpretadas por grandes de la ópera como la noruega Kirsten Flagstad, quien las estrenó meses después del fallecimiento del compositor, o la catalana Montserrat Caballé. En esta ocasión la pujante soprano Rachel Willis-Sørensen, acompañada de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, brilla en la ejecución de esta obra de carácter otoñal. Para completar la grabación, también se incluye una escena del repertorio de Strauss de la ópera Capriccio junto a Sebastian Pilgrim, todo bajo la batuta del director letón Andris Nelsons.