CHILDSTAR

CHILDSTAR

“He construido mucho para llegar a hoy y decir que me siento libre, me siento yo misma, estoy en paz”, le cuenta Danna a Apple Music. CHILDSTAR no sólo fue la etiqueta bajo la que creció, ahora también es su nuevo disco y significa sanación. La mexicana entrega un álbum donde se libera de la oscuridad y hace de la paz su aliada más cercana. “Obviamente este disco es un regalo para mis fans, pero es uno más grande para mí. Lo hice para hacer las paces con muchas cosas de mi niñez”, dice. A partir de este momento, sus decisiones han cobrado una nueva dimensión. Temáticas que abordan lo recóndito de la sexualidad y los vicios, o géneros no tan explorados en su canon como el R&B, son ingredientes esenciales de este instante de renacimiento personal y artístico. Platicamos con ella para conocer más detalles detrás del álbum. Empiezas el disco con la caída, “THE FALL”. Y la letra inicia con “había caído”, o sea que comienzas desde abajo. Tocar fondo fue de las cosas que más me hizo entender este replanteamiento de vida, tanto personal como artístico. Me vi en esta coladera infinita, sin salida, y sentí que me habían vencido por primera vez. Por eso todo está enfocado en un círculo, porque es como haber caído al abismo y no verlo, no ver la luz y poco a poco sentirme en el inframundo. Al final, eso también me ayudó mucho a darme cuenta de que necesitaba salir adelante por mí misma y que podía hacer catarsis a través del arte. Pude dejar eso atrás y hoy estoy en un mejor lugar. Encontré la luz al final del túnel. Cuando hablas de que te vencieron, ¿a qué figura te refieres? Llevo más de 20 años de mi vida trabajando en esta industria. En todo este tiempo de terapia, me ha resultado muy difícil darme cuenta de que mi niñez no fue tan linda como yo pensaba. Fui una niña muy solitaria. Básicamente mis emociones eran manipuladas todo el tiempo. No lo digo victimizándome, sino comprendiendo que necesitaba hacer conciencia sobre cómo crecí y cómo desarrollé también mi manera de presentarme ante el mundo, pues siempre estaba en el ojo público. Entonces, por supuesto, hay muchas cabezas y muchas manos jalándome, como se ve en la portada. Podría decir que son personas, también patrones tóxicos que uno repite: la industria como tal, la presión, la ansiedad. El título de este álbum es un concepto bastante directo para quien entiende el contexto de tu carrera y de tu vida. ¿Esto es algo que siempre buscaste hacer? He construido a esta Danna y a esta persona en todas las experiencias, momentos y situaciones de mi carrera. Esto lo veo como mi primer proyecto de verdad. Creo que es “Danna, capítulo 1”, porque me ha llevado a liberarme. Siempre estuve más a favor de lo que sucedía allá afuera y lo que me pedían que hiciera, lo que era mejor para mí, en lugar de seguir mis instintos. Entonces empecé a notar que podía tomar decisiones. Yo podía tener el control de mi arte y decir “esto voy a hacer, quiero este color, este sonido”. Sentirme libre dentro de esas elecciones tomó tiempo. He construido mucho para llegar a hoy y decir que me siento yo misma, me siento en paz. ¿Qué significa esa libertad para ti? ¿Cómo la traduces? Ya no hay reglas. Creo que a veces nos ponemos demasiadas al momento de crear y ahí es donde comienzas a cuestionarte. El síndrome del impostor es jodido. En muchos sentidos, crecí bajo un molde que me limitaba. Me pedían no cantar en inglés, por ejemplo, que es algo que a mucha gente en México le cuesta, quizás por lo mismo. Alex Hoyer, productor del álbum, me impulsó y ayudó a trabajar mucho para poder hacerlo, porque hay canciones que nacen en inglés, y en ese caso; la letra fluye mejor en inglés. Al final creo que todo se resume en “que te valga lo que opinan de ti”. Obviamente, este disco es un regalo para mis fans, pero es un regalo más grande para mí. ¿Bajo qué lógica narrativa está escrito el disco? Está contado en un fin de semana. Normalmente, al salir de terapia y darme cuenta de lo jodida que estaba mi vida, lo primero que hacía era drenar todo en la fiesta y los excesos. Por eso hablo mucho del alcohol, vicios y adicción al sexo, tratando de sacar un clavo con otro clavo en lugar de hacer un trabajo más real a nivel mental y emocional. El disco inicia con este empoderamiento; caes y la oscuridad empieza a salir. Es un álbum muy sexual en muchos sentidos, pero me di cuenta de que también había amor, porque se habla de mi relación con mi novio. Además, menciono la primera vez que tuve un crush con una chica. Después sigues al after y viene la cruda emocional. Ya te empiezas a poner mala copa, lo que vuelve la narrativa más oscura, para así cerrar en un momento bajo. Es un loop que dura un fin de semana hasta el lunes. Ahí llega “AMANECER”, como un abrazo calientito al corazón que te hace saber que todo estará bien.

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