Niño prodigio del reggaetón, Nicky Jam voló tan alto que el sol casi le quema las alas. La historia de su recuperación es inspiradora. Nacido en Estados Unidos, pero de ascendencia dominicana y puertorriqueña, Nick Rivera Caminero (Boston, 1981) se enamoró del floreciente reggaetón cuando se trasladó con su familia a Puerto Rico a principios de los 90. En 1992, sus ágiles improvisaciones llegaron por casualidad a los oídos de la esposa del director de una discográfica, consiguiendo su primer contrato en cuestión de semanas. Después, Daddy Yankee le brindó la oportunidad de grabar y girar juntos como Los Cangris, dúo que obtuvo un rotundo éxito con el sencillo “En la Cama”. Tras su separación en 2004, Nicky demostró su habilidad con las rimas en varios discos solistas, pero su ascenso se vio truncado por problemas con las drogas. Dispuesto a empezar de nuevo, en 2010 se trasladó a Colombia para sumergirse en la nueva ola del reggaetón con sus canciones románticas y seductoras. Su regreso comenzó en 2015, cuando firmó con Sony Music Latin y llegó a lo más alto de las listas con “El Perdón”, en colaboración con Enrique Iglesias. Dos años después Fénix, su primer LP en 10 años, cimentó su retorno con once discos de platino. Íntimo (2019), un relato franco de su lucha contra las adicciones, sirvió para cerrar un capítulo en la trayectoria de un artista que ahora brilla en recientes colaboraciones con superestrellas como J Balvin, Farruko, y su viejo amigo Daddy Yankee.