Difícilmente pueda encontrarse a un músico tan carismático, virtuoso e hilarante como Rahsaan Roland Kirk. Multi-instrumentista capaz de tocar casi cualquier viento, se destacó por su capacidad de ejecución múltiple y simultánea, y por su técnica de respiración circular capaz de lograr larguísimas notas. A medio camino entre el soul y el jazz, Kirk incorporó huellas del ragtime, el swing y el free jazz, desarrollando un estilo completo como pocos. Desde mediados de los 50 se destacó como un intérprete vital y sorprendente, con sonidos de todo tipo y la acidez propia de un comediante.