En el pasado, cuando se les prohibía a las mujeres cantar en ambientes eclesiásticos, los vocalistas masculinos solían utilizar sus registros más agudos. Los castrati del siglo XVIII también hacían uso de esta técnica y eran considerados superestrellas en su época. En años más recientes, una nueva generación de contratenores, encabezada por Russell Oberlin en Estados Unidos y Alfred Deller en el Reino Unido, ha reavivado el interés por este tipo de voz, recuperando el antiguo repertorio e inspirando a compositores como Benjamin Britten a escribir para ellos. Hoy en día, actúan como solistas y en coros, y han potenciado enormemente el renacimiento de la ópera barroca.