Nacido en Salzburgo, en 1908, Karajan se convirtió en el director de orquesta más popular del mundo durante la Edad de Oro del cine y la televisión a finales de los 60. Su gran olfato para las relaciones públicas y su agudo sentido de los negocios lo llevaron a explotar nuevos medios de comunicación de un modo que suscitó controversia. Sin embargo, sus esfuerzos ampliaron el alcance de la música clásica más allá de la ópera y la sala de conciertos. Se calcula que vendió alrededor de 200 millones de discos, lo que le sitúa entre las estrellas clásicas más vendidas de todos los tiempos. Sus grabaciones de los maestros del romanticismo austroalemán y de la época premoderna (Beethoven, Wagner, Bruckner, Mahler, Strauss) siguen siendo muy valoradas. La riqueza de su sonido orquestal se equilibra con un excepcional sentido de la forma general de una pieza. También obtuvo grandes éxitos con la obra de Debussy, Sibelius, Shostakovich y Verdi, antes de su muerte en 1989.