Más allá de la calidad y la innovación de su música, el conocido como The Blue Album simboliza una época de The Beatles que no es fácil de sintetizar. Una parte fundamental de su legado tiene que ver con la invención de lo que hoy entendemos como un “álbum de rock”: esa experiencia continua y coherente, más cercana a una novela o una película que a una colección de canciones independientes. Los discos de la banda tenían una lógica, incluso una narrativa, como en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band o la segunda mitad de Abbey Road. Por eso podemos hablar de ellos como arte, con todas sus letras. Por supuesto, canciones como “A Day In the Life” y “While My Guitar Gently Weeps” destacarían en cualquier contexto. Y fuera de los contrastes de The White Album y el flujo relajado de Sgt. Pepper’s, el último periodo de la banda también produjo algunos de sus mejores temas, incluidos “Don’t Let Me Down”, “The Ballad of John and Yoko” y “Hey Jude”. Por si fuera poco, esta versión de The Beatles 1967-1970 también incluye la última canción de esta época de The Beatles, “Now And Then”, que Paul McCartney y Ringo Starr comenzaron a crear en 2022 a partir de un demo de John Lennon de finales de los 70. Puede que para sus fans más exigentes The Blue Album sea algo redundante, pero para cualquiera que busque se pregunte quiénes fueron The Beatles y qué cambios culturales impulsaron en tan poco tiempo, este y The Red Album son un buen comienzo. Representan el momento preciso en el que la inocencia del pop se encontró con las premoniciones psicodélicas que emergieron de lo subterráneo (“I Am the Walrus”), la balada rock adquirió tintes de metal (“While My Guitar Gently Weeps”) y el idealismo de finales de los 60 (“All You Need Is Love”) chocó con la cruda realidad de los 70 (“Get Back”, “Revolution”). No es que la banda haya escrito la historia de la época por su cuenta, pero sí que la resume mejor que ninguna otra.