La carrera de Lang Lang inició su meteórico ascenso con una presentación en el Royal Albert Hall que asombró al público en 2001. Doce años después, y ya convertido en toda una estrella, regresó con este cautivador concierto. En el programa, el pianista aborda tres sonatas para piano de Mozart con sutil ligereza y una sencillez irresistible. Las cuatro baladas de Chopin demuestran una vez más su facilidad para conectar con el público. Y las ocho piezas del encore no podían haber sido mejor elegidas, con un Ponce y un Lecuona particularmente memorables.