“Me doy cuenta rápidamente que en este tiempo mi escritura se ha ido tallando”, dice Mateo Sujatovich a Apple Music. “No sé si podría decir que ha mejorado, pero al menos sí se ha curtido y tiene más mi sello y mi firma, mi forma de cantar y cómo quiero que suenen mis producciones”. La evolución del cantautor porteño, mejor conocido bajo su alter ego artístico, Conociendo Rusia, parecer estar directamente ligada a su ambición. Desde sus inicios, apuntó como misión darle un nuevo aire a la canción argentina y, junto a una talentosa camada de artistas albicelestes con conexión a la raíz del rock nacional argentino, está devolviendo valor a la composición en su estado más primitivo. Jet Love es el nombre de su cuarto álbum de estudio, grabado en los legendarios estudios Sonic Ranch, obra que guarda una inevitable aura ochentera a través de sus sintes, teclados, bajos y, en general, maneras de hacer música con la guitarra como lámpara creativa. Pasando de la balada al progresivo y amplifican las dimensiones de aquello que homogéneamente se cataloga como rock nacional argentino. Para conocer más de Jet Love, platicamos con Mateo de algunos de los tracks incluidos en él. Canciones “Es un tema que obviamente habla de mi relación con las canciones, tanto con las propias como con las ajenas, esas que no te dejan dormir porque no puedes parar de cantarlas o tararearlas. Cuando estás componiendo te pasa eso y es muy intenso, estuviste todo el día entonando un tema nuevo y después no tenés chance de prestarle demasiada atención a nada, porque las canciones son muy peligrosas, son muy adictivas en ese aspecto. Además, están las que funcionan como medio de recuerdo, como forma de reconectar con una memoria, con una persona que hace mucho no ves. Como si se tratara del olfato, o el gusto… te reúne con cosas que viviste. Y también están los tracks que te cambian la vida, los que hicieron que, quienes nos dedicamos a la música o adoramos la música, seamos las personas que somos. Los que empezaron a transformarnos”. 5 horas menos ft. Natalia Lafourcade “Nace en el sillón de mi casa con mi guitarra Gibson J45. Es de esos temas que salen y que rápidamente te das cuenta de que son especiales. La melodía me abrió las puertas y me dijo ‘Dale, vení a escribir sobre estos viajes, sobre las diferencias horarias que venís teniendo, las dificultades de vivir el amor en la distancia’. Confié en la canción y, cuando confías así, sabes que podés animarte a algunas cosas, como invitar a alguien que te parece importante, que te haya cambiado la vida. Creo que Natalia es alguien así para mí, que con sus creaciones se movieron los estantes de mi casa, mi estantería personal. Y tengo la suerte de estar cerca de ella por amistades en común. Luego de un par de noches de haber convivido en algún lugar y haber tomado unas copas, me atreví a mandarle un mensaje y por suerte le encantó. Afortunadamente, quiso participar y escribir su parte, cantarla, enviarme los coros y hacer un trabajo hermoso, muy sensible y superprofesional”. Lo mejor “Es el primer single que salió del disco. Es muy especial dentro del álbum también, creo que es de las más importantes porque juega con un momento instrumental superépico, muy referido a esos instantes que tenían algunas bandas como Genesis o Jethro Tull en los 80, o La Maquina de Hacer Pájaros en Argentina. Es una canción de despedida que tiene una sensación completamente melancólica e incluso una sensación de despertar y ver que un adiós es una nueva ventana para ir hacia adelante y buscar cosas nuevas en la vida, cosas nuevas por disfrutar. Una decisión que es muy angustiante a la vez puede ser renovadora. Depende del día, depende de cómo te despiertes en esa ocasión. Y creo que este tema logra contar eso de los dos modos y hacerte sentir las dos cosas”. El Chacal “‘El Chacal’ es una canción de amor dedicada a un gran amigo mío que vive en Chapadmalal, que es un lugar muy chiquitito en la costa argentina. Se fue a vivir allá hace un par de años y cada tanto acá en casa suena el timbre y de pronto aparece el Chacal, que viene a contar sus nuevas historias. Abrimos nuestro corazón cada vez que nos vemos y nos contamos las cosas importantes de la vida. No hablamos por Instagram, ni por WhatsApp, porque a él no le interesa demasiado eso. Yo pude haber hecho un Movistar Arena y él aparece al otro día y me dice ‘¿Qué hiciste ayer?’. Es un amigo muy especial, así que una mañana del año pasado me encontré despertándome y viendo que a veces quiero ser como el Chacal y tener una vida como la suya. Empecé a escribir un rock and roll sobre él, y se terminó transformando en esta canción”. Una vuelta más “Siento que es la primera canción del disco que hace un poco más referencia a dónde fue grabada. Es uno de los temas más country del proyecto, que es un universo que a mí me gusta mucho siempre visitar. Viniendo de una formación como guitarrista de blues, siempre me encuentro de repente componiendo temas un poco más blueseros, un poco más del country. Después de ‘El Chacal’, que es un track que está muy arriba, me parece que ‘Una vuelta más’ nos mete en otro momento del álbum, que por la mitad del camino nos empieza a mostrar otra cara del material que me gusta mucho. Y es muy distinta a todas las canciones anteriores. Me parece que por eso es importante. Es más tranquila, pero es importante”. Parte de mí “‘Parte de mí’ es una clásica canción de cierre de álbum con coro góspel grande, con todos los momentos de empezar superfuerte para después bajar en el solo de guitarra. Es casi como un resumen del disco, tiene que pasar por todos los instantes y es, increíblemente, la única que compuse en el estudio, en Sonic Ranch. El primer día que todavía no teníamos el lugar disponible, me fui a sentar a un teclado. Y, de a poquito y sin saberlo, me estaba encontrando con un tema nuevo del proyecto que no fui a componer ahí. Fui a grabar las ideas que ya tenía, pero bueno, cuando uno se topa con una canción es mejor aprovecharlo. Entonces, al final, también tiene esa particularidad: es la última que compuse y, justamente, quedó al final del álbum”.