Autopoiética

Autopoiética

“Yo me aburro rápido, incluso de mi propia música”, confiesa Mon Laferte a Apple Music. Y para una artista con un corpus de trabajo que cubre ocho discos de estudio publicados a lo largo de la última década, lo anterior no es sólo una declaración a medias. “No tengo miedo de eso. Es inevitable porque soy una persona muy inquieta. Y creo que hoy más que nunca la gente es así en general. Me gusta reinventarme y salir de mi zona de confort”. Los discos de Mon Laferte gozan de una identidad y estética particular, al grado de poder decir que la Mon que escuchamos hoy no es para nada la Mon que escuchamos en Norma o unos años antes en Mon Laferte, Vol. 1. Son instantáneas fieles y precisas del momento que vivía ella como artista y humano. Pero no de lo que quizás la interpele tiempo después. Su poderosa voz y capacidad lírica siguen estando ahí, pero ella ya es alguien más: “Esto es como una fotografía sonora de lo que soy yo, de mi presente”, comenta. Esa colección de panorámicas ahora cobra forma en Autopoiética. El título hace referencia a la autopoiesis, concepto acuñado por los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela que establece que un organismo es capaz de producir los mismos componentes de los cuales ha sido creado. “Quería crear desde esa filosofía, con lo que tenía ahí en la casa, con la biblioteca de sonido, y si había que salir a grabar algo que fuera lo mínimo”. Así, entrega un álbum donde la variedad de sonidos nutre la ambición orgánica de su proceso creativo. Para conocer más del disco, platicamos con ella. ¿Es necesaria la reinvención artística? Depende de cada quien y cada postura es totalmente válida. Desde mi perspectiva siento que lo importante es saber con cuánta verdad afrontas un proyecto o saber los motivos por los cuales quieres permanecer en un lugar o modificarlo. A mí personalmente me aburre quedarme en un lugar de confort. Toda la vida siento que me aburro rápido. Y no sé si es un defecto o una virtud, pero me aburro de mi propia música. Hago un disco, pasa un año, ya no me conecto igual y ya quiero ir a lo siguiente y hacer otra cosa, porque soy así y siempre he sido así, muy inquieta. En muchos aspectos todo el tiempo estoy queriendo aprender, crecer un poco más. Soy un poco así, masoquista, porque amo estar en este estrés y me encanta autodesafiarme, ver a dónde puedo llegar. Este es tu octavo disco, ¿cómo vas midiendo la posición de cada uno en tu obra? Un poco de todo. Y también depende desde qué punto de vista lo quieras tomar, pero para ser muy honesta, aunque todo eso me importa y quiero que pase (quiero vender y conectar), al final hay una satisfacción personal que solamente yo siento. Yo sé cuál trabajo fue el mejor, el que hice más genuinamente, más honestamente, en el que descubrí algo, en el que fui más allá. Y eso creo que es una cosa que sólo quien crea su música reconoce. Es algo muy íntimo, saber de dónde te inspiraste, qué tan creativo fuiste, qué tan buena fue tu interpretación. Creo que yo me guío más por eso, siempre intento ser mejor de lo que era antes. En cada álbum intento escribir mejor, que suene mejor el disco, también que sea muy bueno técnicamente. Hay una canción en particular de este disco, “Casta Diva”, que es una locura. La estructura, la estética, la producción, hay demasiadas cosas pasando. Ni siquiera estaba tan consciente de todo esto. Realmente no tenía nada cuando empecé a escribir. Yo muy fregona dije: ‘Voy a hacer un disco, me voy a encerrar un mes en mi casa, le voy a hablar a [Manú] Jalil y a Dano [Martínez] que son mis amigos, productor e ingeniero respectivamente, y no vamos a salir de aquí hasta que tengamos un disco’. Y así fue, empecé sin nada, comencé a samplear ruiditos, a buscar cosas en las bibliotecas, pero de la nada. Escuchando la melodía y hacia dónde iba, se sentía que sería una canción de cuna, pero luego viene este break y se va a todos estos lugares maravillosos. Es muy interesante porque hay una cosa que le pasa a nuestro cerebro, que es que le da mucho placer anticiparse a lo que viene, por eso triunfan las melodías repetitivas. Cuando no es así, normalmente te genera rechazo. A mí me pasaba muchas veces que escuchaba algo y no me gustaba, pero simplemente porque no lo estaba entendiendo, no estaba preparada para escuchar ese disco. En otros proyectos he buscado hacer cosas muy clásicas, muy tradicionales, y en este busqué justamente lo contrario. No es algo fácil de escuchar a la primera, tienes que darle su tiempo y lo vas a poder disfrutar mucho más”. ¿A dónde sigues después de este arriesgado esfuerzo artístico? Quisiera hacer mucha más música. Y justo el otro día pensaba que me gustaría tener muchas más herramientas, o sea, amaría saber manejar mucho mejor todos los programas, a la perfección. Quisiera saber armonía brutal para escribir en un papel y todo. Quisiera tener muchas más esas herramientas que tengo cero, nunca estudié música, lo que hago todo el tiempo es cantar, cantar las melodías a mi productor. Así me la paso y a veces siento que sería increíble tener otras habilidades técnicas para llegar más fácil al resultado.

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